Infancias y adolescencias: identidades afectadas.
El mercado para la infancia y
adolescencia, desde que se consolidó en los años 70 en América, trajo consigo
múltiples transformaciones a nivel social y cultural. El mercado hoy se vuelve
fundamental para la construcción de subjetividad transformando a los
adolescentes y niños en sujetos consumidores.
Estamos inmersos en una sociedad
cambiante, en la que las nuevas tecnologías
se han convertido en un elemento indispensable que de una u otra forma
condiciona nuestras vidas. Los niños y adolescentes conforman uno de los
colectivos más vulnerables al impacto de las nuevas tecnologías, principalmente
cuando se trata del uso de computadoras, celulares y videojuegos, entre otros.
De este modo, es posible decir que las
identidades infantiles y adolescentes se ven afectadas por los procesos de homogeneización
y heterogeneización sociocultural. Estos elementos, como la moda, la música,
ciertos programas de televisión o canales en distintas aplicaciones, como por
ejemplo YouTube, indican formas de uniformación de la cultura, convirtiéndose
ésta en una cultura global. Se genera así, una desigualdad social que impone el
distanciamiento con lo autóctono y provoca nuevas formas de “distinción social”
como el consumo a niveles desiguales.
Los adolescentes, sean de la clase o
de la familia que sean, se ven atrapados por los distintos discursos que intentan
seducirlos: los medios masivos de comunicación, la publicidad comercial, el
mercado de bienes de consumo masivo o las industrias culturales que se ofrecen
en sus variados productos, son los canales de una alusión insistente y
constante que provoca consumir “aquí y
ahora”. El consumo, es una constante en este mundo globalizado, donde los
medios de comunicación tienen un rol importante en los
procesos de socialización y está prácticamente naturalizado que el bombardeo de mensajes
audiovisuales incida directamente en los procesos de subjetivación de un
pensamiento colectivo teñido de determinados modelos estereotipados para moldear
una identidad masificada.
En conclusión, las nuevas tecnologías
integradas a esta sociedad, de continúas transformaciones, transformaciones de las cuales emergen nuevas
formas culturales y nuevas identidades, donde se vienen abajo jerarquías ya
establecidas y donde surgen nuevas experiencias sociales y culturales para,
niños y adolescentes, incomprensibles para el mundo de los adultos.